Si uno revisa las estadísticas verá que Armenia, un país con poco más de 3 millones de habitantes, es una de las potencias mundiales del ajedrez. Lo fue de forma anónima bajo la bandera soviética y lo sigue siendo ahora. En 2011 el Ministro de Educación de ese país hizo del ajedrez un contenido obligatorio en la currícula de la escuela primaria ¿por qué?
El ajedrez es todo y además es un juego. La característica principal del ajedrez es que es un juego de táctica y estrategia, es decir, entre las acciones concretas a tomar ante una situación determinada y la planificación a mediano y largo plazo de qué hacer para ganar una partida. Todo eso en 64 casillas, con las restricciones de movimiento de cada pieza y frente a un oponente que reacciona ante cada una de nuestras acciones modificando el tablero.
Entonces para pensar qué es lo que hace el ajedrez en la vida cotidiana de la gente y más concretamente de nuestros hijos tenemos que ver qué habilidades debemos desarrollar para que un niño o niña se convierta en un maestro de ajedrez.
El ajedrez requiere que nosotros entrenemos la atención por períodos largos. Una costumbre que a veces es difícil de adquirir con la tarea escolar, pero si logramos que los niños se enganchen en el juego es mucho más fácil. Los niños que se entusiasman con el juego se compenetran en él y junto a la concentración aparece la paciencia. La capacidad de tomarse el tiempo, actuar y esperar a que el juego se desarrolle, que su expectativa se cumpla o no y reaccionar de manera positiva, sin frustrarse, para corregir las acciones.
La planificación es otra de esas habilidades blandas que se requiere para todas nuestras acciones diarias y nuestra vida futura. Como tantas otras habilidades la planificación se aprende, pero a falta de una materia curricular, debe ser incorporada a través de distintas experiencias. El ajedrez es un importante potenciador para aprender lo que es una estrategia y una táctica, que no es otra cosa que a planificar trazando un camino general a seguir y a reaccionar ante las distintas coyunturas. Eso es Planificar y ser flexible con lo que se nos presente por fuera de nuestros planes.
Otro de los beneficios es el entrenamiento de la memoria. A medida que los niños aprenden a jugar vamos a notar otra velocidad y seguridad en los movimientos. Esto se debe a que a partir de sus experiencias previas, al haber memorizado situaciones y estrategias pasadas y sus resultados los niños y niñas van a adquirir la habilidad de reaccionar de forma más rápida. Además la memorización de conjuntos de jugadas le va a dar una perspectiva más integral de lo que pasa y lo que puede pasar en el tablero.
Por último, aunque podríamos hablar largo rato sobre los beneficios del ajedrez, vamos a destacar que es un juego que desarrolla la creatividad. La creatividad es también un método para encarar la vida y atacar los problemas. El ajedrez, a través de sus mùltiples combinaciones y la variedad de oponentes nos enseña a crear nuevas combinaciones, nuevas estrategias y tácticas para abordar el tablero. Tenemos que sorprender, tenemos que inventar nuevas manera de abordar situaciones y ese es un entrenamiento que nos puede proveer el ajedrez.